Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2021

NO escuches las voces de los extraños.

En las manos de Jesús  En las manos de la Gracia.  Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos. Juan 10:27-31,39  NO escuches las voces de los extraños.  Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Juan 10:5  1.- Escucha la voz de tu pastor Él predica en el pórtico de Salomón.  y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. Juan 10:23  2.- El Pastor y su primera prédica en el templo.  Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de s

En las manos de la gracia

Imagen
EN LAS MANOS DE LA GRACIA, EN LAS MANOS DE JESÚS.       LAS OVEJAS DE JESÚS   Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.   JUAN 10: 27-30.    1.- Las ovejas que están en sus manos escuchan la voz del pastor.   Así que las personas llegan a confiar en Dios cuando oyen el mensaje acerca de Jesucristo  Romanos 10:17. TLA.   Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.  Éxodo 19:6.       3.- Jesús conoce a sus ovejas puesto que están en sus manos.   Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.  Mateo 25:12.     Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.  Jeremías 1:5.    Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A

El poder del evangelio del reino.

Imagen
1.- El llamado antecede a la predicación del evangelio.  Jesús pasaba por la orilla del Lago de Galilea cuando vio a Simón Pedro y Andrés, dos hermanos que eran pescadores. Mientras ellos pescaban con sus redes,   Jesús les dijo: «Síganme. En lugar de pescar peces, les voy a enseñar a ganar seguidores para mí.» En ese mismo instante, Pedro y Andrés dejaron sus redes y siguieron a Jesús. Mateo 4:18-20 TLA.   El suceso de la historia bíblica (Mateo 4:18-20) aconteció después de el ayuno de 40 días del Señor Jesus, cuando fue tentado por el diablo y lo venció con le poder de las escrituras. La biblia dice que son muchos los llamados y pocos los escogidos.  Jesús llama a los escogidos, capacita a los llamados, envía a los capacitados y sostiene a los enviados.  El llamado es a realizar un sueno mayor que el que teníamos antes de conocerlo.  Pedro y Andrés tuvieron la opción de seguir con sus redes y hacer su voluntad o hacer la voluntad del que los llamó. La voluntad es el regalo que Dios

Jesús es el autor y consumador de la fe.

Imagen
Serie: Edificadores Hoy vamos a aprender a edificar por medio de la fe. Hebreos 12:1,2 NTV Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. 2 Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.  Pablo se está refiriendo en este pasaje a un corredor que participa en los juegos olímpicos, los cuales se realizan desde la antigüedad, y como toda la multitud está viendo a los corredores, y los anima con sus gritos y aplausos, esos son la multitud de testigos de nuestra fe.  La vida cristiana es como una larga carrera de la fe, que debemos correr con paciencia